Ingredientes:
-125g de mantequilla (yo realmente no usé todo mantequilla, usé mitad mantequilla, mitad margarina)
-70g de azúcar (más el azúcar para rebozar)
-1 yema de huevo
-150g de harina
-Canela en polvo
Preparación:
-Batimos la mantequilla (que tiene que estar a temperatura ambiente) con el azúcar, hasta que quede una mezcla homogénea.
-Añadimos entonces la yema de huevo, y seguimos batiendo.
-A la mezcla anterior añadimos la harina y una cucharadita de canela, ambas tamizadas. Amasamos entonces con las manos, y hacemos una bola.
-Envolvemos la bola de masa en film, y la metemos en la nevera media hora aproximadamente.
-Pasada la media hora, sacamos la bola de masa, la estiramos en la encimera enharinada, y recortamos las galletas de la forma que queramos (yo las corté de esa manera para hacer los monstruítos, y la verdad es que me encantan así alargadas) con un cuchillo o un cortapastas.
-Repartimos las galletas un poco separadas en la bandeja de horno cubierta con papel vegetal, y las metemos al horno precalentado a 180º durante unos 10 minutos, o hasta que estén doraditas.
-Mezclamos en un plato azúcar (como dos cucharadas) y canela en polvo (como una cucharadita).
-Una vez hechas, sacamos las galletas del horno (pero no las intentéis quitar inmediatamente de la bandeja, porque están blandas no, lo siguiente. Yo lo hice y se me rompió toda una tanda).
-Pasados unos minutos, todavía calientes, las rebozamos por un solo lado en la mezcla de canela y azúcar. Y ¡voilà! ¡Ya están listas! Dejadlas enfriar un poco, ¡y a disfrutar!
Bueno, pues espero que las probéis, que están riquísimas ¡y son muy fáciles! ¡Qué aproveche!
¡Y también os pongo unas fotos de la visita a Burgos!